24 de març 2009

El americano impasible


"Dicen que cuando vienes a Vietnam entiendes muchas cosas en pocos minutos, pero el resto tienes que vivirlo. El olor es lo primero que llama tu atención, te lo promete todo. Y el calor, la camisa te queda hecha un guiñapo". Con estas palabras empieza la película "El americano impasible".
Thomas Fowler (Michael Caine) es un corresponsal en Saigon (Vietnam) que trabaja para el periódico británico London Times. El periodista conoce a Alden Pyle (Brendan Fraser), un voluntario americano que llega a Saigon en el otoño de 1952. Época en que Vietnam se encuentra luchando para liberarse del colonialismo francés. Fowler tiene una joven amante vietnamita, Phuong, de la que se enamora Pyle. Los tres personajes se verán envueltos en un triangulo amoroso. Al final, la película nos revela que nadie es lo que parece desde un principio. El
film es una adaptación de la novela de Graham Greene, una historia sobre el amor, la traición y el origen de la guerra de los americanos en el sudeste asiático.

A pesar de ser una película que no pretende hacer ningún tratado sobre el periodismo, ha hecho que me sienta identificada en algunas ocasiones. El personaje de Michael Caine es en un principio un corresponsal que se dedica a enviar las cuatro crónicas contadas desde su oficina en Saigon. Pronto recibe una carta del periódico para el que trabaja en Londres en la que le piden que regrese a la ciudad inglesa porque no les sale a cuenta mantener a un corresponsal tan lejos. Fowler se verá forzado a hacer un buen reportaje para que desde Londres lo sigan mantiendo como corresponsal. Así que decide arriesgarse y va para Phat Diem, al norte de Vietnam, donde se produce una masacre. El periódico londinense al leer el reportaje de Fowler, le permite estar más tiempo de corresponsal en Vietnam. En un momento de la película, Fowler dice: "Pensarán que les sale más barato que las agencias cubran Vietnam". Y es precisamente eso lo que ha terminado pasando en el mundo del periodismo, las agencias de noticias pasan a tener todo el protagonismo y muchos periódicos acaban prescindiendo de algunos de sus corresponsales. La película me hace reflexionar sobre la figura del corresponsal. ¿Van acabar siendo sustituidos por los de las agencias como Reuters o Efe? ¿Hay muchos periodistas dispuestos a ser corresponsales? Desde luego, sería una gran lástima que se acabara perdiendo la figura del corresponsal de siempre y no del que se dedica a enviar teletipos de agencia sin parar.
Por otra parte, la película ha hecho que recordase mi viaje a Vietnam. Muchas de las escenas se habían rodado en lugares en los que yo había estado y me venían a la memoria. Y es que encuentro toda la razón a la frase que al principio dice el periodista Fowler "Y el calor, la camisa te queda hecha un guiñapo". Esa es precisamente la sensación que uno tiene cuando va a Vietnam, el país de la flor de loto.




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